ESTAR

by Lui Antonioli at/on domingo, febrero 21, 2010
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Caminaba, la ciudad estaba desierta, eso era lo que creía, miraba los escaparates y reproducía sonidos desarticulados mientras iba tropezando con las paredes.
Su cabeza, esa cabeza tan pesada que caía justamente sobre su cuello tan débil para sostenerla, le hacía bambolearse de un lado a otro. El punto de gravedad se desplazaba contínuamente.
De vez en cuando las bocinas de los coches le hacían apoyarse a los muros que encontraba.
Él sabía adonde ir, sí, era consciente de su situación. Faltaba sólo la decisión que lo encaminara hacia ese objetivo. Un empujoncito y nada más.
Al llegar a la esquina trató de ver los semáforos, dudó sobre si señalaban el rojo o el verde o el ambar, miraba si los coches se detenían o seguían.
Después de titubear decidió cruzar la calle, no se acordaba si era el momento oportuno para hacerlo, lo hizo y ya está.
Un bocinazo, un chirrido agudo y luego un golpe seco.
Estaba tumbado entre sábanas limpias, miró a su alrededor sin poder moverse. Comprobó que en realidad se sentía a gusto.
Era exactamente dónde él queria estar.


3 comentarios:

PILARA dijo...

BIENVENIDA A ESTAS PÁGINAS, Y PISANDO FUERTE.
ESTÁ ESTUPENDO. UN EXCELENTE FINAL.

Aleizar dijo...

Muy bien Lui. El final termina con el desconcierto. Me ha gustado

Marcos Callau dijo...

Muy buen final. Como dice Aleizar, desconcertante. Muy agradable encontrar tu blog. Te seguiré.


 
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